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«La conciencia universal es frecuentemente comparada al océano: una masa fluida, indiferenciada, y la primera fase de la creación correspondería a la formación de olas. Una ola puede ser considerada como una entidad individual, sin embargo es evidente que la ola es el océano, y el océano es la ola. No hay separación ni distinción en última instancia.

La fase siguiente de la creación sería una ola rompiéndose sobre las rocas y evaporándose en el aire como gotas de agua, que existirán en tanto que entidades individuales durante un corto periodo, antes de ser nuevamente tragado por el océano. Así, tenemos aquí momentos fugitivos de existencia separada.

Pero imaginemos ahora el agua evaporándose formando una nube. Ahora, la unidad original se oscurece y se esconde detrás de una verdadera transformación, y es necesario tener algún que otro conocimiento de física para darse cuenta que esta nube es el océano, y el océano es la nube. Sin embargo, al final, el agua de la nube se va a reunir con aquella del océano bajo forma de lluvia.

La separación final, donde el vínculo con la fuente originaria aparece completamente olvidada, es muchas veces ilustrada por un copo de nieve que se ha cristalizado a partir del agua de la nube que, en su origen, se había evaporado del océano. Tenemos ahí una entidad muy estructurada, muy individual y separada que no implica, en apariencia, ninguna similitud con la fuente.

Ahora, tenemos realmente necesidad de un saber sofisticado para reconocer que el copo de nieve es el océano, y el océano el copo de nieve. Y para reunirse con el océano, el copo de nieve debe abandonar su estructura y su individualidad; debe someterse a la muerte de su ego, de alguna forma, para volver a su fuente.»

Stanislav Grof

Comprender en profundidad las raíces etimológicas del término “líder” nos ayudará a adentrarnos en la comprensión de uno de sus significados más interesante a nuestro estudio. La palabra “líder” encuentra su origen en la partícula “lid”, que proviene del latín lis-litis (nominativo y genitivo latinos, respectivamente). Su significación original en la lengua latina es: disputa, querella o proceso. De esta manera y según su etimología, el líder es quien inicia o se encuentra inmerso en una querella, disputa o proceso. Este significado es verdaderamente interesante pues coloca al líder, no como alguien con una postura pasiva frente a la realidad, sino como alguien que tiene una postura activa de disputa mediante la cual, se supone, quiere cambiar algo de su entorno inmediato. Disputar, de cualquier modo, no necesariamente ha de significar pelea o riña, el cual es el sentido semántico más extendido en nuestros días. Si nos remitimos también a la etimología de esta palabra, encontramos dos partículas latinas de las cuales proviene. La primera, dis, significa separar o separadamente. La segunda, puto o putare, verbo latino que significa podar o limpiar. De este modo, una disputa es un proceso mediante el cual se separan o distinguen elementos de algo para limpiarlos o podarlos, para remover sus partes malas y nocivas. El líder es, entonces, quien tiene la claridad para separar o analizar algo en sus elementos constitutivos, de tal manera de separar los elementos nocivos, que no sirven e impiden su crecimiento. La palabra querella, también se encuentra relacionada coherentemente con la significación que venimos profundizando. El término querella proviene del latín querela, que significa queja o lamentación. Es justamente lo que sucede con la actividad del liderazgo, ya que, en los que no quieren cambiar ni podar o separar las partes disfuncionales, se encuentra la queja.
Sintetizando, entonces, podemos decir que la palabra líder significa etimológicamente: actuar de manera tal de tener cierta lucidez para separar y distinguir las partes constitutivas de algo o de alguien, de tal manera de remover de ellas las que no son convenientes para su crecimiento y desarrollo, produciendo por este procedimiento cierta queja o dolor.

Un artículo de Hugo Landolfi

Un día un viejo campesino fue a verle y le dijo: «Mira, tú debes ser Dios y debes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: No eres un campesino, no conoces ni siquiera el ABC de la agricultura. Tienes algo que aprender».

Dios dijo: «¿Cúal es tu consejo?»

El granjero dijo:» Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos que pasa. La pobreza no existirá más.»

Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente pidió lo mejor y solo lo mejor: ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano.

Todo confortable, cómodo y él era muy feliz. El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol, había sol; cuando quería lluvia, había tanta lluvia como hiciera falta. Este año todo fue perfecto, matemáticamente perfecto.

El trigo crecía tan alto….que el granjero fue a ver a Dios y le dijo:»¡Mira! esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en diez años, aún así tendremos comida suficiente».

Pero cuando se recogieron los granos estaban vacíos.

El granjero se sorprendió. Le preguntó a Dios :»¿Qué pasó, qué error hubo?».

Dios dijo: «Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tu evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente. Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo».

Siempre es imprescindible un poco de lucha. También las tormentas nos enriquecen.

Un artículo de David Montalvo

Paso 1: Evita las declaraciones negativas sobre ti
Los comentarios que haces sobre tu mismo tienen un gran impacto en tu autoconfianza y tu autointegridad. Si estas pensando pensamientos negativos, le van a dar lugar a sentimientos negativos sobre tu situación y sobre ti mismo. Quizás no te des cuenta de esto, pero los comentarios negativos o auto despreciativos a través del tiempo van erosionando tu autoconfianza.

Paso 2: Identifica tus propios problemas

Usualmente le pongo de sobreaviso a las personas que cada uno tiene propios problemas personales y que cada individuo tiene la responsabilidad de identificarlos. Piensa acerca de tus fortalezas y de qué manera podes jugar con ellas, así como tus puntos débiles y cómo podes mejorarlos. No dejes que tu ego se ponga en tu camino al inflar tus fortalezas, ni en minimizar tus debilidades.

Paso 3: Auto Afirmación

Así como es importante evitar los pensamientos negativos, los pensamientos positivos son muy convenientes y tienen un efecto de mejora sobre tus emociones y confianza: he aquí una de las claves de la inteligencia emocional. Haz una lista de tus logros, sin importar su magnitud. El poder de la mente no se puede subestimar. Si deseas algo lo suficiente, el mismo deseo se transformará en una fuerza motivadora.

Paso 4: Cree en ti mismo

Las creencias son las cosas pensamos que son verdad, y las aceptamos como verdaderas sin necesidad de cuestionarlas o examinarlas. Si cree que puedes hacer lo que alguien más puede hacer, seguramente serás capaz de lograrlo tu también. Con el fin de alcanzar tal nivel de autoconfianza para que sea verdadera la declaración anterior, primero tienes que empezar a creer en ti mismo para darte fuerza. Por lo tanto, el administrar adecuadamente lo que crees es la clave para crear la vida que deseas tener.

La clave para construir autoconfianza es creer en ti mismo y admitir nuestros errores. Si tienes problemas para probar algo nuevo, no seráuna cosa mala para iniciarte con lo que ya estás acostumbrado. Esto te ayudará a sentirte más confiado, y te dará la garantía para avanzar hacia algo nuevo. Al entrar en algo nuevo con una actitud positiva y con la fe de tus habilidades, te será más fácil tener la confianza y actuar con confianza. Con el tiempo, vas a encontrar que tu zona de confort se ha aumentado considerablemente, así como tu autoconfianza.

Paso 5: Perseverancia
Siempre habrá retrocesos en la vida, y tenemos que aprender a ser más resilentes, para no quedar estancados allí. Cuando las cosas no van como lo hemos planeado, a veces es adecuado a ser un poco duros con nosotros mismos si sos responsables de ello. La clave no está en tener la responsabilidad, sino en averiguar qué se ha realizado incorrectamente y cómo podemos hacer para solucionar el problema. Si el problema es algo fuera del alcance de tu control, habrá que decir no fue tu responsabilidad, en todo caso.

Un artículo publicado en Sabiduria y Liderazgo

Siguiendo las enseñanzas del Yoga del Sueño y practicando regularmente estas meditaciones de Qi Dao, vas a aprender a reconocer que estas soñando durante tus sueños; lo que se llama lucidez o sueño lúcido. Ser lúcido significa literalmente saber que estas soñando sin dejar de tener un sueño (esto aplica a los sueños del día como a los de la noche). Tiene muchas implicaciones profundas que se enlazan directamente a la iluminación. De hecho, estar despierto en el sueño te permite:

• Reconocer que todos y cada uno de los personajes de los sueños, los objetos y las experiencias en tus sueños son productos de tu propia consciencia soñadora.

• Comprender que todas las cualidades de los personajes de tus sueños y el mundo entero de los sueños te reflejan de vuelta los aspectos de tu conciencia con los que no te identificas.

• Aprender a identificarte no sólo con tu propia persona, sino también con cualquier otro personaje de tus sueños, ya que están en todas partes del mismo sueño, que te llevará a una comprensión profunda de todo y de todos, así como el desarrollo de la compasión.

• Curar cualquier cosa que moleste así como también cualquier dolencia de los personajes de tus sueños conectándote a los sueños no manifestados escondidos debajo de las dolencias y permitiéndole a los aspectos latentes de tus sueños que se manifiesten en la forma más armoniosa.

• Demostrar que tus habilidades físicas, capacidades mentales y tu creatividad están limitadas sólo por tus inhibiciones propias, la ignorancia o por tus creencias auto-limitadas.

• Saber que luchar contra el flujo del soñar es una manera segura de transformar cualquier sueño en una pesadilla y promover nuevos sufrimientos

• Comprender que ser creativo no tiene por qué traducirse, para el ser humano, en la manipulación de cualquier cosa en tu sueño, sino que más bien en la búsqueda de formas más creativas para estar en el flujo de tu sueño.

• Confíar en que el flujo de tu sueño, misterioso e imprevisible, procede de la fuente dentro tuya: el soñador; y lleva a la felicidad.

• Ampliar tu sentido de identidad de sólo uno de los personajes del sueño para identificarte con el soñador. A gran escala, el creador y la creación son uno: algunos dicen que todo el universo está soñando en la propia existencia, aunque esto hay que tomarlo con pinzas.

Un artículo publicado en Sabiduria y Liderago

Jose Manuel quiero compartir contigo este pensamiento
anónimo que hace tiempo cayó a mis manos.

Toma una gran cantidad de alegría y dejala
hervir a  fuego lento.

Pónla en un tazón colmado de bondad y
enseguida agrega una medida completa de
consideración hacia los demás.

Agrega a estos ingredientes una cucharada
de paz.

Sazona con esencia de calidad humana.

Mezcla todo perfectamente y enseguida, con todo
cuidado, pásalo por un colador, para eliminar
cualquier partícula de egoísmo.

Sírvelo con una salsa muy picosa de amor
y disfrútalo  toda la vida.

Si analizas detalladamente este mensaje y lo aplicas
a tu conducta, logrará hacer “el manjar más exquisito”
que jamás haya probado.

Tu amigo y servidor

Ramón Salop
Director de Ideas Ejecutivas

Tarde o temprano, pero el momento llega. Todas las personas en alguna etapa de nuestra vida nos cuestionamos si en realidad hemos logrado las metas que nos propusimos cuando planeamos nuestro futuro; es común calificar nuestro desempeño como exitoso si nuestros logros están a la altura de lo que esperábamos o, mejor aún, si superamos nuestras expectativas.

¿De que manera podemos saber si la estamos haciendo? Esto es relativo, porque el concepto del éxito depende de la formación de cada persona, de sus aspiraciones, de sus necesidades y sobre todo, del tipo de gente de la que se rodea. También tiene que ver la edad pues lo que nos da estatus ante los demás en los años mozos, puede ya no interesarnos cuando cumplimos cuarenta. Debemos reconocer que, generalmente, es la sociedad la que mide nuestro éxito de acuerdo con el prestigio que nos otorga el dinero, la posición social, la preparación y el liderazgo. La evaluación más importante es la que nos hacemos nosotros mismos y esto depende de nuestras verdaderas aspiraciones.

Un error común al tratar de obtener el éxito lo es el equivocar el camino por tratar de darle gusto a otras personas a quienes consideramos importantes en nuestra vida, por ejemplo nuestros padres, o algunas personas a quienes admiramos y a quienes, conciente o inconcientemente tratamos de imitar aunque sus proyectos de vida sean totalmente distintos a los nuestros. Es por ello, que al establecer nuestra meta, debemos asegurarnos de que ésta realmente recompense suficientemente todos los esfuerzos que por ella estamos dispuestos a realizar.

El doctor en sociología Roberto Bermúdez, académico e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM define el éxito de acuerdo al estrato social, dice que el prestigio y el éxito dependen del círculo social en el que se desenvuelve la gente.

En el medio rural, respecto al éxito, la propiedad de la tierra es importante, así como el cumplir cargos públicos. En las zonas urbanas obreras, el éxito lo representa un trabajo que permita vivir con dignidad y que permita darle a los hijos una educación aceptable. Para la clase media, es importante tener una profesión, negocio u oficio que permita tener otros satisfactores. En los grandes centros urbanos, la apariencia es lo más importante, así como las amistades que se frecuentan. El ser reconocido en público también significa éxito.

Después de un minucioso estudio de las personas que la gente considera más exitosas de todos los tiempos, se han identificado los factores más importantes que influyeron en ellas para lograr el éxito. Si reflexionamos y repasamos cada uno de los siguientes puntos podemos identificar cual nos ha faltado y con ello también podemos revalorar y replantear nuestros objetivos para echarle todas las ganas y alcanzar las nuevas metas.

Objetivos. Debemos dirigir todos nuestros esfuerzos en lo que nuestra vocación nos indique, de esta manera, haremos con gusto lo que sea necesario para alcanzar nuestros objetivos. El ponerlos por escrito ayuda.

Ferviente deseo de logro. Auto confianza, fe en si mismo, optimismo para no sentirse desanimado y para estar siempre listo para recomenzar si es necesario.

El movimiento se demuestra andando. Tenemos que romper la inercia, para terminar algo, primero es necesario empezarlo, los planes sin acción, carecen de sentido. Edison decía que el genio es 1% de inspiración y 99% de trabajo. No aflojes el paso, celebra tus logros, pero también, aprende de los errores.

Administrar el tiempo. El recurso no renovable, el que nunca se recupera, si lo administras bien serás muy eficiente y disfrutaras más tu vida privada. La buena administración de tu tiempo te permitirá dedicarle tiempo suficiente a tu familia, y a tus amigos, la ayuda y la inspiración muchas veces puede venir de quien menos lo esperes; también tendrás tiempo para ti mismo, para escuchar a tu mejor juez: tu mismo, tu conciencia, tu yo interno que te ayudará a replantearte tus aspiraciones y tus temores.

Disciplina. Jamás pospongas tus deberes, primero lo primero, quizá no haya más tiempo para hacerlos después.

Responsabilidad y persistencia. Cuida todos los detalles de tu carrera, mantente actualizado. No pierdas de vista lo importante para que no acabes haciendo trivialidades. Cuando decidas algo, no cambies de parecer si estás seguro de que es lo correcto. Piensa en todas las oportunidades que se te presentan, mantén muy alta la autoestima.

Toma riesgos medidos. Todas las oportunidades tienen un grado de riesgo, antes de decidirte por alguna, analízalas. Pero una vez que las hayas analizado, no pospongas tu decisión, recuerda que generalmente, detrás de un problema, hay una decisión no tomada.

Prepárate para los cambios. Evoluciona, la vida no siempre sigue un trayecto directo, toma los imprevistos con humor, al mal tiempo buena cara. Siempre hay nuevos caminos y nuevas formas de hacer las cosas.

Demuestra liderazgo. Un buen líder escucha y anima a quienes lo rodean, un buen líder, hace equipo y crea sinergia, mantiene un buen grado de comunicación. Un buen líder agrupa a sus compañeros en pos de objetivos comunes, los motiva a seguir aprendiendo, no acepta la mediocridad y siempre muestra una actitud positiva.

Cuídate a ti mismo. “Dios perdona siempre, los padres casi siempre, las parejas rara vez y el cuerpo nunca”.Quiérete, mente sana en cuerpo sano, los triunfos no sirven cuando la salud merma. Nada con exceso, todo con medida.

A fin de cuentas, como podemos ver, el éxito esta al alcance de todos y de todas.

Un artículo de Juán Manuel Gonzalez Cerda

Este Domingo 23 de Marzo, en el periódico El País (suplemento “Negocios”, sección “Gestión y Formación” ) pudimos leer el interesante artículo “Los cínicos no sirven para este oficio”. Basado en varios presupuestos psicologicistas, tipo: ”El cinismo oculta las frutraciones personales y al afectado le sirve para portegerse del sufrimiento que le causa la vida” el texto ninguneaba el valor del cinismo dentro del núcleo gerencial y organizacional. 

Sin embargo, el contenido del artículo se hubiese enriquecido si nos hubiera recordado que el cinismo ya existía como corriente filosófica en el siglo IV a.c.  Los cínicos (kyon: perro)  propugnaban la vida desarraigada, alejada de las comodidades sociales, la búsqueda de la igualdad entre las personas, el cuidado de la naturaleza, la defensa de la autarquía, el empeño filantrópico, la vida mendicante y el desprecio hacia las convenciones. Sin duda, sus fundadores Antístenes y Diógenes tenían afilados colmillos que servían para desgarrar las ropas y oropeles de quienes se creían seres excepcionales y referentes de una ciudadanía ejemplar.

Tal vez, siguiendo las enseñanzas socráticas, los cínicos defendieron que los hombres más felices y libres (en definitiva, los más sabios) eran aquellos despegados de las riquezas materiales y de la superchería jerárquica. Aunque han pasados muchos siglos, decir esto hoy parece que molesta tanto como lo hizo en la Grecia clásica.

A través del verbo agudo y armado por la estructura de las diatribas, los cínicos polemizaban contra lo comúnmente establecido, ofreciendo nuevas perspectivas y buscando visiones críticas de la realidad compartida. Si rescatamos estas herramientas de análisis para aplicarlas al entorno de las organizaciones, lejos de ver en el cínico un fantoche carente de emociones, empatía y amargado por la vida, descubrimos la mente lúcida de quien es capaz de superar la mediocridad del siempre lo mismo. La filosofía cínica puede ayudar a las organizaciones a generar nuevos caminos de expresión y definición,  ya que las empresas necesitan re-inventarse, romper sus moldes encorsetados.

Por ejemplo, imaginemos la potencialidad de un líder en clave de Diógenes de Sinope, quien vivía en un tonel y sin embargo fue el primero en considerarse ciudadano del mundo (cosmopolita). Ante las decisiones de un directivo mecanizado sería interesante aprender a valorar las propuestas novedosas, basadas en argumentos creativos y en bocados dados a la realidad dinámica.

¡Cuidado con el perro!

Un artículo publicado en Filoempresa

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